MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 30 de abril de 2010

AÚN QUEDA ESPACIO




AÚN QUEDA ESPACIO


Aún queda espacio

para la risa,

aunque la sonrisa

se derrumbe

del rostro,

y las cejas pesen

en cada despertar

como yunques que cargan

la gravedad insortable

de mediodías al sol

de la tristeza.


Aún queda espacio

para la risa,

pese al humor

perdido en los pozos

de la melancolía.


Y esta muerte

en que se convierte

la vida, cuando el mar

ruge, y no cantan

las olas al romper.


Aún queda

espacio para la risa.

jueves, 29 de abril de 2010

PARA DECIR ADIÓS






La amistad sólo sirve para decir adiós


Anónimo


PARA DECIR ADIÓS


Hay quienes afirman

que hacer amigos

es decirse adiós.


Tener a alguien, tal vez,

que despida nuestras cenizas.

Y las guarde en ese baúl

invisible de los recuerdos,

lejos del polvo, y el olvido

de un desván repleto de otros

mediodías que ya no amanecen.


La amistad sólo sirve

para decirse adiós.

Eso se dice.


Yo creo que, al menos,

sirve para que alguien

recuerde que existimos

entre todos los fantasmas

de la gente,

como inmortales

sucesos irrepetibles

tras la memoria

de un amigo sincero.


Para algo más

que decir adiós.

jueves, 22 de abril de 2010

ESPERAR DEMASIADO


ESPERAR DEMASIADO





Esperar demasiado

es morir durante más

de un cese de latidos.


Es estancarse,

dejar de andar, tal vez,

por estar cómodo en el asiento

de una vida apoltronada

el próximo tren a la vida.

Y ahogarse en el falso placer,

tal vez, de respirar

sin sentirse cansado,

sobre una silla de recuerdos

monótonos.


Esperar demasiado

es morir también demasiado,

tal vez.

LLEGO CON PRISA AL CIELO




LLEGO CON PRISA AL CIELO


Llego con prisa al cielo,

algunas veces.

Y desapareces, entonces,

como los ojos de una gota

de agua en la corriente.


Voy demasiado rápido.

Los ojos se me vuelan,

y en un suspiro no da tiempo

de rozarte sin que el viento

te lleve cargando mediodías

de otras tardes mejores.


Llego con prisa al cielo,

y algunas veces,

lo único que encuentro

es soledad.

Y ojos cansados que quieren

despertarse en los tuyos.


Pero el sueño, entonces,

vence.


Por querer llegar

con prisa al cielo.

martes, 20 de abril de 2010

ESTOY EN ALGUNA PARTE




ESTOY EN ALGUNA PARTE


Estoy en alguna parte.

Pero aún me pregunto dónde.

No donde quiero, supongo...


No estoy donde deseo.

Ese lugar de cuya tierra

surgen caminos de mar,

agua, palmeras, y ráfagas

de viento en unas alas

de nostalgia, y también futuro.


Estoy en alguna parte

de ninguna parte, quizás.


Y si alguien lo sabe

espero que me lo diga.


Yo mismo,

aún no sé, a veces,

dónde he nacido.


En una tierra, tal vez,

que sangra en mis poemas

sus entrañas de antaño

y sus inocentes garras.


Busco mi lugar.

Si alguien lo encuentra

por el camino

le pido que me lo diga.


Yo aún no puedo...

martes, 13 de abril de 2010

HASTA MAÑANA


HASTA MAÑANA


Hasta mañana, quizás.

Decir hasta mañana

para no volver a verse.


Y que pasen las tardes

sin que roce un mediodía

la carne de ocaso y olvido

de tus labios.


Hasta mañana, tal vez,

seguiré diciéndote,

sin saber si ya me despido.


Habitando siempre en tus recuerdos.


Hasta mañana...

lunes, 12 de abril de 2010

AÚN NO ES TARDE


AÚN NO ES TARDE


Aún no es tarde.

Aún las estrellas

no asesinan

las últimas tardes

de mi vida.


Y quedan muchos mares

por caminar en barcas

de sueños.

Y muchos caminos por volar

sobre aviones de papel.


Aunque sea difícil, a veces,

recorrer el mundo

sin más combustible

que la esperanza.


Aún no es tarde

para amanecer temprano.

viernes, 9 de abril de 2010

ANTE LA CORRIENTE




ANTE LA CORRIENTE

Ante la corriente
no tengo más remos
que los míos.

Aunque no queden fuerzas
para enfrentar, a veces,
la deriva de todos los sueños,
y las fuerzas pelágicas
de una vida con demasiadas olas
que capear en barcas
de madera.

Ante la corriente
Sólo soy yo timonel,
capitán, y grumete.

Navegante de mareas,
y caminante de corrientes…

lunes, 5 de abril de 2010

HABITACIÓN DE RECUERDOS




HABITACIÓN DE RECUERDOS

La habitación en que vivo
ahora parece vacía.
Sus esquinas las carcome
el paso del tiempo
y las manchas por la escayola.
Y el silencio parece reinar
en una falsa quietud.

Parece vacía.
Pero no lo está.
La habitan millones de recuerdos,
algunos niños que no dejaron
nunca de jugar con los cochitos.

Algunas tardes de lluvia
cuyas gotas vespertinas
siguen golpeando las ventanas
como amreas de nostalgia
de tiempos pretéritos.

Y mares de sueños enterrados
en el fondo de algún cajón
cuya corriente nunca supo
nada de ninguna orilla,
ni ningún puerto,
ni ninguna barca,
ni ningún naufragio.

En fin, no estoy solo
en la soledad de habitación.

Tal vez, vivo aún
con el olvido de mis recuerdos.

SER ES ALGO MÁS QUE EXISTIR




SER ES ALGO MÁS QUE EXISTIR


Ser es algo más que existir.

Algo más que dejar pasar

las horas, y decir

que se está vivo.


Ser. Caminar, pasar,

marcharse, vivir.


Algo más que existir.

sábado, 3 de abril de 2010

LAS TARDES SE MARCHAN AHORA





LAS TARDES SE MARCHAN


Las tardes se marchan ahora

como lágrimas pasadas

que se secan en los pañuelos

ensagrentados y sepias

de todos los crepúsculos.


Y el tiempo vuela con ellas.

Las acompaña como aire,

como un soplo de viento

que corre demasiado, a veces,

para poder atraparlo

entre los dedos de las manos.


Se desliza con sus agujas

como una serpiente

cuando quiere cazar la presa.

Se lleva consigo también

las estaciones, y las primaveras

pensando que siempre, tal vez,

habrá una próxima amapola

después de cada invierno.


Pero no será así siempre.

Porque el tiempo vuela,

y no viene nunca de regreso.

Sólo es ave de paso,

como las tardes

que ahora se marchan

sin poder deternerlas

en cada crepúsculo

de mi vida.


jueves, 1 de abril de 2010

ATRÁS LOS TRICICLOS




ATRÁS LOS TRICICLOS


Ahora ya toca andar.

Soportar la gravedad

de estar erguido,

y no poder gatear

sobre las piedras del mundo.


Atrás quedaron los triciclos,

las ruedas de ayuda,

y la pequeña inmensa

libertad de cabalgar sobre el tiempo

a lomos de una BMX.


Porque ya no queda

una tercera rueda

que sirva de bastón

en momentos malos.


Tan sólo dos pies

son los que ahora

me levantan.


Y atrás quedaron ya

aquellos triciclos de antes...


Aquellos vuelos

inauditos de la infancia,

y sus triciclos...