en la que no se crucen
después, y antes
No existe más belleza que atrapar los sonidos del mundo en unas palabras y ahondar en sus misterios por medio de las palabras de un poema.
KOLGA2
El SMS(Short Message Service) y el lenguaje abreviado que usan los jóvenes, en su mayoría, para abaratar costes impregna la comunicación escrita que se vierte en nuestra lengua, la española. No hay ámbito que se le escape. Comentarios en redes sociales, exámenes, escritos formales se ven afectados por este lenguaje. Hay autoridades en el ámbito como Luis María Ansón y Arturo Pérez Reverte, entre otros, que quieren desterrarlo o, al menos, crear una “ortografía común para las abreviaturas”. Por el contrario, hay quienes dicen que estamos ante una revolución en el lenguaje que no se puede soslayar. Los adolescentes y no tan adolescentes han ideado una nueva forma de comunicarse que se expande como la pólvora y hace furor, una especie de dialecto electrónico sustitutivo del lenguaje común. Ya no hay quien se resista a la incesante e imparable taquigrafía de los móviles y los jeroglíficos en que se tornan los mensajes.
El asunto ya ha atravesado las pantallas de los aparatos, y se ha trasladado al ámbito de las aulas y lo académico. Hay profesores de instituto, educadores, profesores de universidad, entre otros colectivos relacionados con el sistema educativo, que muestran su preocupación a este respecto: “ seguro que al final terminamos sin saber qué se escribe si continuamos en esa línea”- afirma María Dolores Hita Écija, profesora de secundaria en un instituto de Murcia. No obstante, también asegura que el lenguaje de los móviles no es la única razón de la degradación de la ortografía, especialmente, entre los jóvenes de 12 a 18 años a los que imparte clase: “ todo está relacionado: la mala organización de la educación, el uso de los móviles, falta de interés por casi todo”.
Cada día se escribe peor, con más faltas de ortografía. Los jóvenes, aparte de utilizar con demasiada frecuencia abreviaturas, leen muy poco o nada. Por ello, la costumbre de acortar se vuelve cada vez más arraigada, según se desprende de informes trienales como el PISA, que se centra en el análisis de los sistemas educativos de los países más desarrollados. Ya en el 2003, este informe había advertido que la ortografía se estaba degradando cada vez más a causa del lenguaje de móviles en España. Y ya en el 2009, situaba a España a la cola de Europa en educación: “leen muy poco y, además, se acostumbran a utilizar ciertas palabras abreviadas, e incluso las utilizan al tomar apuntes, para ellos es algo normal. Cuando entregan trabajos se nota que cuidan más la expresión, pero no pueden evitar tener momentos de debilidad, si se puede decir así”- responde María Antonia Salmerón, licenciada en Filosofía y profesora interina de Filosofía en Bachillerato en otro instituto murciano. Da clases a chicos cuya media de edad ronda los diecisiete años y en ello está también de acuerdo María José Rico, profesora titular de Lengua en un instituto de Yecla que da clases a alumnos de edades similares. De todos modos, estudios sobre este tema llevados a cabo por algunas universidades como la de Navarra coinciden en que se da más entre alumnos de Secundaria.
Aún así, el uso desmesurado de abreviaciones en los mensajes de móvil afecta también a jóvenes cuyo bagaje cultural se supone un poco más fecundo. Entre el colectivo universitario, la duda surge mientras la tinta corre sobre los papeles: “Cuido mucho el lenguaje, cuando escribo formalmente. Las abreviaturas las dejo para el Facebook y los móviles. Aún así, hay ocasiones en las que me pregunto cómo se escriben ciertas palabras”-afirma Inmaculada Reinoso Conesa de 24 años, licenciada en Filología Inglesa y estudiante de Periodismo en la actualidad. Asimismo, opina que “aunque resulte aberrante, no se puede obviar que los hábitos cambian con los nuevos tiempos. Estamos ante una revolución que no se puede ignorar”. En cierta forma, coincide con ella Francisco López Rúperez, asesor de la Comunidad de Madrid y ex alto cargo de Educación, en unas declaraciones vertidas para el ABC en un reportaje titulado "El lenguaje de los móviles está provocando un empobrecimiento lingüístico de los escolares españoles".
La lengua es un ente vivo, y como tal ha de cambiar y evolucionar con la manera en la que la utilizan los hablantes de un mismo entorno lingüístico. Sin embargo, lo que más inquieta a muchos relacionados con el ámbito educativo es la degradación que está conllevando esta transformación tecnológica y lingüística. Ya hay algunos artículos, apoyados en informes relevantes como el PISA, que se atreven a hablar de Exámenes SMS que atraviesan los umbrales de la docta institución universitaria: “He llegado a suspender a alumnos porque me han escrito 'xq' en un examen”- asegura Vicente Marrero Pulido, profesor titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Asimismo, confiesa: “No puedo permitir esas atrocidades como profesor de Lengua que soy”.
Esto último lo corroboran los propios estudiantes a los que les ha pillado de lleno está revolución por la cual el sonido del tecleo de los móviles se ha vuelto algo cotidiano: “tengo móvil desde hace casi diez años. Y suelo abreviar cuando escribo en Tuenti o en el móvil”-afirma Juan Ángel Campillo Ortiz, estudiante de 23 años en una escuela de Turismo de Cartagena. El hábito se hace costumbre y se vuelve parte de la rutina: “Cuando era más pequeño, no me hacía falta el móvil. Ahora, sin embargo, no puedo salir de casa sin llevarlo”- asegura David Muñoz, estudiante de 26 años de ADE en la Universidad de Murcia(UMU). Ambos coinciden en que dudan, en ocasiones, respecto a la correcta ortografía de algunas palabras por la frecuencia con la que utilizan los acortamientos sobre las pantallas de los artilugios. Por ello, trasladan ese lenguaje a los trabajos y los exámenes sin darse casi cuenta.
Revolución o no, lo cierto es que el lenguaje SMS puebla los escritos en la actualidad. Por tal razón, puede que la ortografía sufra cambios indeseables para algunos y aceptables para otros que consideran que un fenómeno de tal índole no se puede soslayar. Eso sí, todos ellos coinciden en que “la lengua se ha de cuidar lo máximo posible” y que no debe cruzar los umbrales del lenguaje común, aunque este se extienda como el polvo en los armarios: “Ns bmos m amor. Toy klga2 d ti. TKM”. Otra declaración de amor por el móvil.