TIEMBLA
Tiembla. Tiemblan
ahora mis palabras
como barcos en el mar
tempestuoso de tu mirada,
ausente y lejana.
Hasta ese océano de metáforas
me llevan vientos de azar,
y no sé qué suerte puede correr
mi miedo entre tus piernas
de espuma e insomnio.
Una tormenta o un mediodía
despejado desde tus pupilas,
claras y consteladas
como los enamoradas
que se inundan de resplandores
ignotos de otros tiempos.
Tiembla. Tiemblan
ahora mis palabras
a merced de esta soledad
acompañada de tu nostalgia.
Zozobraré siempre
en tu infinito olvido,
supongo.
Mientras tiembla también
conmigo el mundo, tus besos
en esta metáfora de ausencia.
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