TE QUIERO, TE QUIERO
Te quiero, te quiero.
Dos palabras que vuelan
en un aire de besos
que trata de atracar siempre
en los puertos etéreos
de tus labios de nostalgia.
Te quiero, te quiero.
Aunque de lejos,
estás cerca, a una melancolía
de distancia.
Te recuerdo, y entonces rozo
el mar de tus ojos añiles,
y me inundo de ti
mientras me vacío del mundo.
Y te quiero, te quiero.
NOSOTROS
Nosotros. Un solo nombre
con el verbo plural de querernos.
Nosotros. El mundo en un nombre
que se conjuga en plural
en nuestros cuerpos
y almas desnudos.
Nosotros. Tan pequeños
y tan gigantes como el mar
de besos que nos llueven
cada vez que nos amamos.
Nosotros. Un nombre.
Todo lo que ahora queremos.
Nosotros...
COMO AGUA
Como el río que fluye manso
hacia su desembocadura,
sin premura, sabiéndose mar
siempre al final.
Y como el viento que no fuerza
al aire a que lo empuje.
Como la rosa que brota
libremente con la primavera.
Y como agua que se estira,
se acorta y se alarga
según venga la corriente,
según muera la ola,
según caiga la lluvia.
Como agua. Quiero que nosotros
seamos como agua para las almas.
En nuestros abrazos, como agua
para nuestras almas
y el corazón de nuestro cariño.
YA DESCANSAN JUNTOS
Ya descansan juntos.
Ahora estoy seguro de que ella
te regala infinitamente
el mar de sus ojos,
ya sin tiempo y solo
con la eternidad como testigo.
Y tú, embelesado, la miras.
Y te sales ya de todos los mundos
de camino a sus ojos cristalinos.
Tranquilos, serenos como el río
cuando avanza sin prisa
a hacerse inmenso en el océano.
Con toda la eternidad por delante,
y sin el tiempo que a los vivos
acucia sin cesar en la rutina.
Ya descansan en paz juntos.
Tú y mamá ya descansan.
Y solo puedo decirles,
con el alma en ristre:
hasta luego, mamá.
hasta luego, papá.
