MUSAS
Las musas viene con volar,
y salir disparado hacia la utopía
en busca de un mar
que poco se parece
a ese paisaje urbano
en el que mueren demasiado rápido
pájaros y golondrinas.
Llegan con irse a otra parte
donde es posible que la gravedad
no pese tanto, después de todo,
y el tiempo repose un rato
de su inexorable paso
por la sangre y las arrugas.
Vienen, al fin, cuando la conciencia
suelta amarras, y desembarca
la luz en las líneas oscuras
de alguna sombre en un río
de noches demasiado tempranas.
Es entonces cuando del cuento
emana la vida, más maravillosa
que de costumbre.
Y llegan las musas.
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