TE QUIERO Y TE DESQUIERO
Soy muy impredecible.
Lo mismo te quiero
que te desquiero.
Lo mismo deshojo tu amor
como simples pétalos de margarita,
que procuro que me encienda
con alguna estrella lejana
de nostalgia o anhelo,
hasta la metáfora más profunda.
No lo sé, no me conozco
salvo cuando quizás
escucho los latidos
de una sandía o del alma.
Lo mismo odio
que amo el mundo,
y te quiero y te desquiero.
Entro en guerra conmigo,
y luego hallo la paz
en un beso de puente
hacia el sosiego de tus labios.
Ya ves. No sé ahora mismo
ni lo que digo,
salvo cuando habla mi silencio.
Y lo mismo te quiero
que te desquiero.
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