SOMOS MAGOS
Somos magos. Somos todos magos.
No siempre nos acompañan
una chistera, un conejo
y una pajarita llena de trucos.
Pero somos magos.
Somos todos magos,
aunque en ocasiones
tardemos demasiado en revelar
esa chispa de luz,
esa brizna de belleza
que emana en todo momento
de lo que somos.
Sentimos el viento,
respiramos el aire,
y nos late algo más
que un corazón dentro del pecho
cuando hallamos nuestra verdad.
Recuerden que alguien ya decía
que se está muerto, a veces,
aunque nos lata el corazón.
Lo que ocurre es que da miedo
siempre mirarse para adentro.
Demasiados fantasmas.
Demasiados muros que derribar
piensan muchos,
pero sin embargo no hay nada
como desnudarse al fin.
Descubrirse ante uno mismo,
frente a un espejo de verdad,
y soltar todo el lastre
que nos impide el vuelo
hacia ser lo que verdaderamente
somos sin actuaciones histriónicas.
No hay que esperar, tal vez,
a que llegue un día como mañana,
un seis de enero,
para regalarnos el mejor truco
de todos: la felicidad
desde nuestra misma esencia.
Porque somos magos.
Cada día todos somos magos.