EL DOMINGO LLEGA TRISTE
Las notas de un piano ahora
se revuelven en mi cabeza
como la melancolía cuando asoma
la soledad en su dulce tristeza,
cuando hay más de uno
en la ecuación de uno mismo.
Y el domingo llega afligido,
triste, compungido.
Cargado de un lunes de mierda,
un martes de resignación,
un miércoles sin ecuador
de flores para la semana,
un jueves de deseo irrefrenable
de viernes, y un sábado
en el que el pez ha cambiado
de rumbo en la misma pecera,
sin salida al mar, por miedo.
El domingo llega triste,
y solo puedo pensar que quizás
tal vez este lunes sea diferente.
Más alegría...
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