ECHO DE MENOS EL MAR
Echo de menos el mar
que se paseaba por tus pupilas,
cuando me mirabas,
y en la pequeñez tuya
tornabas gigante el mundo.
Y aunque ya solo me contemples
desde lo alto de alguna nube,
tus ojos siguen siendo inmensos,
el universo en el que habitan
mis recuerdos cósmicos
y maternos tuyos.
Echo de menos ese mar
que me miraba sereno,
ausente y angelical cada martes.
Te echo de menos, mamá.
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