Poco importan los ruidos de fuera cuando siempre se lleva música del corazón en el alma.
Poeta del Alba
MADRE DEL SILENCIO
El silencio ahora tiene una madre,
inmensa, inefable, eterna.
Una madre que en la lluvia
cae como agua infinita,
de petricor indescriptible,
para inundar de primavera
el más crudo de los inviernos.
Una madre que acuna al viento,
y extiende sus alas de mariposa,
impenetrables y dúctiles
ante cualquier huracán.
Una madre, en cuya alma,
de armonía late el pulso
de un corazón que se enciende
más allá del pecho para incendiar
de luz cualquier noche oscura.
Ahora el silencio tiene una madre
inmensa, inefable, eterna.
Y se llama música.
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