TIEMPOS MARAVILLOSOS
Eran tiempos maravillosos entonces.
El corazón se abría de par en par
al pulso inefable de la primavera,
y en el silencio se podía escuchar
la música de la belleza,
y en unas palabras a lápiz
se paseaba la inocencia a lomos
de unos ángeles de sueño.
Ahora tengo que confesar
que se me ha cerrado un poco,
un poquito el alma.
Pero siguen volando pájaros
de esperanza a mi alrededor,
y un viento de amor me empuja
a lanzarme al dulce abismo
de vivir sin premura,
pero tampoco sin demasiada pausa.
Sé que en la siguiente esquina
del camino me espera otro abrazo
de luz cuya chispita está todavía
por encender con la fuerza
de todos mis latidos.
Me aguardan de nuevo
aquellos tiempos maravillosos
de mi infancia.
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