SER Y ESTAR VIVO
Poco a poco me voy sacando los invisibles grilletes que imposibilitaban mi andar libre y consciente por la vida. Me voy sacando las esposas que me maniataban sin que apenas lo percibiera y extiendo mis alas de ensueño al ritmo en que maneja torpemente la plastilina un niño en su intento por construir un mundo de fantasía. Y voy sintiendo una carga cada vez menor en mi mochila de prejuicios, miedos, nostalgias y tristezas varias. En ese incierto periplo llevo más de año y medio.
Un año y medio de sorpresas y aprendizaje. Todo tipo de seres que se dieron cuenta del engaño de la persona jurídica y la subrepticia posesión del esclavo por parte del Estado a través del DNI. Y debo confesar que no todo ha sido de color de rosa hasta ahora. Sigo albergando muchas dudas sobre aquello en lo que quiero irme tornando y lo quiero ser de cara a un futuro no muy lejano. Nadie dijo que resultara fácil ser y estar vivo, si bien no me cabe duda de que quiero seguir por esta senda de descubrimiento y gratas sorpresas que la vida me está brindando a diario en forma de un maravilloso amanecer joven cada día, perseguido de otra tarde. Y unos gramitos más de conocimiento y experiencia que añadir al equipaje de la existencia entre notificación y notificación al Estado esclavista.
Quiero seguir siendo y estando vivo, y debo dar las gracias en parte por ello a la Academia Soberana y la Comunidad No Consiento. Porque yo solo consiento ya que me traten como ser vivo y natural, divino en su forma única e irrepetible. Gracias Academia Soberana.
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