CUENTOS CELESTES
Ahora cuento mariposas
en el estómago como si polinizaran
la ternura en cada temblor.
Y cuento también algo celeste
como el mundo cuando tú
lo miras, y sé que me miras.
Cuando se abre el telón
de madrugadas que oculta
tu cuerpo tras el viento.
Y no queda tan lejos tu sexo,
tu pubis esmaltado y tus senos
turgentes de mis manos
enraizadas a tu caricia
como un árbol a su raíz.
Ahora cuento mariposas.
Tiemblo dulcemente,
mientras te quiero.
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