LLEGAS TARDE, PERO LLEGAS
Llegas tarde, pero llegas.
Eres como el aire que viene
Eres como el aire que viene
cuando ya el viento amaina,
y la corriente que rompe
en alguna costa cuando ya la ola
ha roto en la orilla.
Llegas tarde, pero llegas.
Como el silencio a la voz
cuando hay prisa en cada acorde
rutinario y aburrido de la urbe,
Y como la palabra al verbo
cuando no hay acción que conjugar,
salvo quedarse quieto, y esperar
a lo que quizás ya nadie espere.
Llegas tarde, pero llegas,
como casi corre el tiempo sin relojes
ni medida de quererte.
Y quizás escribirte
sea lo único para hacer
que vuelvas en cada eco
a tocarme el alma como entonces,
mientras otra metáfora preside
el momento en el que, tal vez,
llegamos a querernos desde un recuerdo.
Llegas tarde, pero sin duda llegas.
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