CON LAS GANAS
Con las ganas de querernos
llegamos siempre muy lejos.
Tanto que salimos del mundo
hacia una celestial caricia,
y sin volar acompañamos
a esas gaviotas blancas
de ensueño que son las nubes,
cuando alcanzamos a tocarlas.
Con las ganas de querernos,
y amarnos, y conjugar al fin
en los besos la ternura
más próxima y afín,
penetramos desde la desnudez,
tú desde tus pechos hirsutos
y yo desde mis manos
deseosas de escalarlos
palmo a palmo de lujuria,
la belleza como pasajeros
efímeros de una utopía
de la que solo sabe nuestro silencio,
cómplice y aparantemente sin grito.
Con las ganas.
Con nuestras ganas
llegamos siempre muy lejos:
hasta el amor.
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