CON LA EDAD SIGUEN LOS SUEÑOS
Se me dijo en muchas ocasiones
que las alas profanas
de la inocencia se van empequeñeciendo
como la lluvia cuando amaina
la tormenta en el cielo,
y acaba de amanecer otro día
maravilloso y azul tras las nubes.
Yo, sin embargo, siento
que ese hombre malo
que me decían no ha traído
todavía sus tijeras de gravedad.
Es más, cada día vuelo más alto
hacia los besos sencillos
que la belleza me da
en cada latido del alma,
en cada segundo de mi vida.
Una cosa me ha quedado clara:
con la edad
siguen habitándome los sueños.
0 comentarios:
Publicar un comentario