Ahora estoy aquí.
Eso parece, aunque tal vez
no tanto como lo que me gustaría.
Una pantalla de ordenador,
el tiempo ocupado en otros menesteres
que en desnudar la belleza
desde lo más hondo del alma,
y la música de un concierto
de flores, besos y latidos de sandía
que se desvanece lentamente
entre demasiados ruidos rutinarios
Entretanto, otra singladura
por la maravilla que se pierde,
otro suspiro de verdad
que se difumina
como los colores del mundo
entre nubarrones de humo.
Y me pregunto:
¿qué difícil resulta
esto de estar, cierto?
Y me pregunto:
¿qué difícil resulta
esto de estar, cierto?
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