LLUEVE
Llueve. Y quiero mojarme.
Porque, tal vez, los días de sol
se aprecian mejor
tras la tormenta.
Y se sabe entonces que la tristeza
no cae eternamente
en lloviznita de melancolía.
Llueve ahora. Y quiero mojarme.
No existe más belleza que atrapar los sonidos del mundo en unas palabras y ahondar en sus misterios por medio de las palabras de un poema.
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