SIN DEMASIADAS PREGUNTAS
A veces, pregunto demasiado.
¿Dónde queda la felicidad?
¿Está lejos el mar?
Si no soy poeta,
entonces, ¿por qué escribo?
Y me atormenta tanta
sin respuesta.
Ahora, en mi tranquilidad.
Tal vez, ahora que, sereno,
estoy amando este momento,
sé lo que es ser feliz,
y dónde queda el mar
aunque no aparezca sobre mi ventana.
Amar. Quizás la vida solo consista
en eso: amar y amarse en todo.
Sin demasiadas preguntas.
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