NADA SE TERMINA NI EMPIEZA
Yo estoy aquí y ahora,
como otro segundo ínfimo
más de los que millones
que pueblan sin saberlo
el mundo.
Tiempos a la deriva
como barcos de sueño
sin una utopía predefinida.
Viajes en silencio sin tierra
prometida a la que arribar.
Caminos que no se sabe bien
casi nunca adónde llevan.
Así sigo escribiendo otro enésimo
poema de incertidumbre y miedo,
mientras pienso con mi alma
como único testigo de esta armonía
de silencio y preguntas tontas
que nada se termina ni empieza.
Tan solo fluye como este
nimio segundo que soy.
Nada se termina ni empieza.
Tan solo fluye, la vida.