NADA NOS PERTENECE
Nada. Nada nos pertenece.
Ni el tiempo, ni los latidos
del corazón, ni el aire
que parecemos volar en sueños.
Nada en nuestro y nada,
en la última noche de todas,
nos llevaremos con nosotros.
Entonces, ¿por qué tanto afán
en acaparar lo que creemos nuestro?
Nada. Nada nos pertenece.
Y lo único que nos pide, al final,
la vida es que vivamos.
Porque nada, a fin de cuentas,
es nuestro, ni lo que llamamos
nuestro tiempo.
Nada nos pertenece.
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