SIEMPRE EN EL MAR
Siempre, en el mar,
nadando entre océanos
de palabras y verbos
que no tienen más límite
que la sílaba infinita del amor.
Siempre en el mar
de un sueño navego,
y nado hasta lo insondable
de mis entrañas para salir
a flote mejor amanecido,
como si la vida diese de nuevo
la oportunidad de nacer,
cuando se muere de angustia,
pena o desasosiego.
En el segundo corazón
que me da la poesía.
Siempre en el mar infinito
del verbo y la metáfora.
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