OBLIGACIÓN TIERNA DE AMAR
Hay que amarse, ahora.
Fuertemente, cariñosamente,
amablemente, dulcemente.
Sin pisar el vuelo
de otros pájaros.
Sin interrumpir los besos
de sueño de otras utopías.
Con un abrazo, una caricia sencilla,
como el devenir de las olas
en las corrientes marinas,
que sencillamente fluye sin preguntarse
dónde irán a parar cada vez.
Hay que amar, ahora,
sin esperar a mañana,
aunque en este mundo de locos
ya parezca estar prohibido.
Hay que amarse, ahora,
desde el alma a los pies,
sin más medida
que las ganas infinitas de quererse.
Sin miedo,
hay que amarse ahora.
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