DEMASIADAS PREGUNTAS
Tal vez, demasiadas preguntas.
Tal vez, me hago cada día
demasiadas preguntas.
Y pregunto que debería ser
como la ola que rompe siempre
en la costa y se disuelve
en la arena sabiendo que volverá,
una y otra vez, a ser pasto
transparente y acuático de la corriente
que vive y muere,
que vive y muere.
Debería ser como el aire,
que empuja al viento
sin cuestionarse una brisa.
Y como el perro que simplemento
acompaña a la vera del amo
o el pájaro que cada mañana
no se olvida de trinar.
Vivir, sin demasiadas preguntas.
Sencillamente, vivir.
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