SIN ENTENDER
Sin entender por qué.
Cuando se entiende
que no hay nada que entender nada,
se empieza a entender todo.
Cuando se deja de buscar por qué
caen las flores en otoño
o por qué los pájaros siempre danzan
en perfecta armonía con el viento,
en su vuelo alígero por el cielo.
Deja que te moje la lluvia
y siente el mar corriéndote
detrás de la piel,
a la izquierda del alma,
en eso que llaman corazón.
Y permite, sin preguntarte demasiado,
que la vida te vaya llevando,
en su abrazo de eterna incertidumbre,
por los vericuetos de una belleza
que no siempre es maravillosa.
Sin entender por qué,
ahora solo trato de vivir.
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