TE DESCUBRO, ALMA MÍA
Te descubro. Y en tu gobierno
de incertidumbre, y dudas,
te siento cada día más grande.
Abres la mirada de par en par
al mundo creciente y constelada,
como si se fuese inundando
en cada gramo de cosmos
de la verdad incuestionable
de tu amor propio.
Y tu isla humana se torna
continente álmico en tu tierra
fértil por sembrar de historias
tuyas propias, con sus faltas
y sus aciertos.
Te descubro. Y eres hermosa,
como eres, alma mía,
cuando te escucho desde la inefable
sintonía del corazón.
Alma mía, te descubro más y más.
Y cada día aprendo a amarte
mejor, alma mía.
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