CERCA SIEMPRE DE CORAZÓN
Ahora el mar separa costas,
y expande las distancias.
El murmullo de las olas
quizás recuerda la lejanía
de quienes no podemos abrazar,
más que desde la nostalgia.
Y, por eso, a veces llueve
por la mejilla a borbotones
cuando hay tormenta
de desespero en lontananza.
La melancolía arrecia
y es entonces cuando se quiere
partir lejos cuando no toca.
Sin embargo, cuando se toca
el corazón siempre se está cerca.
Y más cuando el alma canta
al compás el amor que mueve
mares, distancias y montañas.
Cuando el corazón habla
y el alma grita la armonía
perfecta del afecto el abrazo
llega y amanece otro día
con el tacto de la cercanía
en su cielo añil y constelado.
Cuando el alma y el corazón
cantan el idioma del amor genuino
no hay distancia que valga.
Y entonces se está siempre cerca
de quienes queremos, de corazón.
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