MARCHARSE
Marcharse. Dejarlo todo atrás.
Desplegar las alas, y soltar
las amarras del barco
de la vida hacia el mar
de la belleza y los sueños.
Así, a veces, se pasa
el tiempo y discurren
las estaciones,
siempre con la misma primavera
de anhelos y melancolía.
Y, al final, ¿adónde ir?
Tan solo para marcharse
durante un verso a la poesía.
En una metáfora sin fondo,
ni mar, ni tierra prometida.
Marcharse. Solo en las estrofas
en un navío frágil de papel,
hacia ninguna parte.
Pero marcharse...
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