¿DÓNDE ESTÁS, MAMÁ?
Estoy triste, porque te siento
y solo puedo preguntarme:
¿dónde estás?
A pesar de que tus ojos de mar
y tu mirada pelágica
me siguen abarcando,
y tus caricias de terciopelo
me siguen arropando
desde alguna parte del cielo.
Porque me sigues queriendo,
pese a no estar ya
por estas latitudes locas
de este mundo sin rumbo.
Porque sigues corriendo
en mis mejillas como este río
de nostalgia que se derrama
cual océano de versos
por tu recuerdo.
Aunque sé que sigues conmigo,
cuatro años después de tu marcha,
me sigo preguntando, a veces:
¿dónde estás, mamá?
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