MÚSICA PARA EL ALMA

sábado, 2 de marzo de 2013

LO QUE SEREMOS



LO QUE SEREMOS

Lo que seremos
nadie puede saber.

Violín lloroso,
árbol en pie 
y desnudo de escarcha
en invierno.

Beso en la mejilla,
polvo de ataúdes.

O corazón en vilo.

Lo que seremos
solo el instante lo sabe.

Mañana no lo sabremos
nunca.

viernes, 1 de marzo de 2013

TU POESÍA ES SENCILLA




TU POESÍA ES SENCILLA

Tu poesía es sencilla
como la fina desnudez
que recatas en silencio.

Y en cada palabra tuya
se rescata algo de belleza
que se escapa a la pupila,
a veces, cuando solo se ve
desnuda la camisa sucia
y el cuerpo en pelotas.

El amanecer no sangra
rayos de Sol sobre el asfalto.
Te sientas en el diván
imaginario de un sueño
a cabalgar falsetes y silencios
como si la música sonara
aun cuando en la ciudad
solo se oye el estampido
fugaz de algún infarto poético.

Y mientras alguien se rasca
el bolsillo para encender
un último pitillo
para ahogar la respiración,
piensas en el mar.
En ahogarte en cada viaje.
En arrimarte a los días
como la primavera
en un mes de abril
a las hojas de los árboles.

Tu mundo se vuelve, entonces,
dulce mosquitera de fábulas,
donde solo pica la curiosidad
de recibir tus brazos,
y tu sexo.

Y yo, a veces, te observo
mientras lloran algunos violines.
Y fecundas otra poesía sencilla
en un mundo simple y constelado
que no todos miran.

Tu poesía, al fin,
es como tú, sencillamente
humana.

TÚ COMIENZAS Y TERMINAS

 
 
TÚ COMIENZAS Y TERMINAS
 
Tú comienzas y terminas
como casi todo
comienza y termina.
 
Como la línea de la belleza
en los breves párrafos
del tiempo.
 
Como en el silencio una nota.
 Como el amanecer en la mirada,
cuando se siembra la pupila
de farolas y ausencias.
 
Como en el olvido un recuerdo
que no siempre se esfuma
con el adiós.
 
Tú comienzas y terminas
como casi todo.
 
Salvo el poema
que no acabo nunca
de escribirte: te quiero.

Como casi todo,
tú comienzas y terminas.

jueves, 28 de febrero de 2013

SI SUPIERAS



SI SUPIERAS

Si supieras
todo lo que he sabido
de nosotros.

Que anduve tu cuerpo
de brazo a brazo.

Como se andan los sueños
a lomos de un lápiz
o rotulador de colores.

Raya a raya con los dedos
recorriendo los mapas
erizados de tu escalofrío.


Nota a nota
cabalgando del falsete
siempre feliz de tu risa,
aunque la tristeza
ponga acordes de soledad
en cada pisada.

Si supieras
lo que he esperado
para que ahora me recibas
llena de tu virtud enamorada.

Mientras se me llenan los ojos
de agrias raíces de agua.

Y lloro dulcemente
andando tu ausencia.

Si tú supieras...

miércoles, 27 de febrero de 2013

LO QUE ENTIENDO, A VECES

 
 
LO QUE ENTIENDO, A VECES

Lo que entiendo, a veces
son palabras, son hechos,
son verbos de acción.

Y no el silencio que enmudece
y surge de nuevo en el corazón
de algún sonido.

Tampoco el vaivén de las olas,
cuando aún parece no haber corriente
y mucho menos cómo en tu ausencia
sin demasiado calor
sigue muriendo mi deseo.

Rebusco en algún estuche
de mármol, cielo o agua
algún lápiz con que trazar tu forma.

Pero el recuerdo es difícil de entender,
cuando es del todo olvido.

Lo que entiendo, a veces,
no eres tú, y si lo eres.

martes, 26 de febrero de 2013

RUTINA URBANA

RUTINA URBANA

Amanece el mismo sol de siempre
con lágrimas de luz
y helio y sangre en cada rayo
y cada ocaso.
Me subo en el mismo bus
de siempre con el mismo diálogo
de miradas cansadasa y conversaciones
sobre el infarto reciente
de no sé quién.

El mismo diario
con la misma transparencia
de una tapia.

El mismo olor a cigarro
en la chaqueta de un transeúnte.

La nieve crujiendo
sobre mis pies,
porque es invierno
aunque me brille la pupila.
Voy al trabajo, y luego,
cuando cae la tarde,
vuelvo a hilvanar sueños.

Estoy cansado.
Cuando la luna se despierta
a contarme sus historias plateadas
de luces y estrellas allá arriba.
Disculpen, me voy un rato
de la ciudad.
Necesito irme a soñar.

lunes, 25 de febrero de 2013

LA SOLEDAD




LA SOLEDAD

Un hombre vaga solo
en las calles de la ausencia.
Se despiertan sus pasos
en la nieve como huellas
anodinas del cansancio.


El ritual de ceder el asiento
a las señoras en la guagua
hastía a otro señor que no sabe
si le sostiene el latido el corazón.


Y yo bebo algo más de nostalgia
y melancolía sumergiéndome
en el gélidamente cálido
amanecer de la ebriedad
que brinda con lágrimas
de cerveza otro día sin ti.


Tus ojos me siguen mirando
hasta después de tu pupila.



La soledad, ya ves,
es al fin morir un poco
antes y después de tu nombre.