NO LO SABÍAMOS

NO LO SABÍAMOS

No lo sabíamos,

pero nos aguardaba

el destino.

Ya nos habíamos mirado

el corazón mucho antes,

y nos habíamos atravesado

el alma desde la metáfora

y la respiración cortada

de unas alas por surcar

el más ancho de los cielos.

No lo sabíamos,

pero desde siempre

habíamos sido para sernos.

Habíamos amado para amarnos,

desde siempre.

Y hasta ahora, no lo sabíamos.

VIENES EN EL MAR

VIENES EN EL MAR

Los latidos de tu alma

llegan ahora desde la corriente

de las olas como barcos

de nostalgia que rompen

siempre en un recuerdo

embriagador y oceánico.

Y parece que tu presencia ausente

me colma el vacío

que la melancolía me deja

como un tarde que se despide

y atraca en los muelles del ocaso,

y ya no vuelve.

Vienes en el mar,

y eres inmensa en mi corazón,

aunque no me toques,

y estés lejos, y solo mi silencio

de metáfora te alcance.

Vienes en el mar.

Y te amo, inmensamente.

BAILEMOS

BAILEMOS

Bailemos, mientras el resto

de la gente solo atiende

 a sus cosas cotidianas,

y se pierde la armonía

perfecta de los pájaros al alba,

y deja escapar la música

del amor entre los ruidos

de los coches y unos sueños

demasiado ocultos

tras el cristal de las oficinas.

Bailemos, tú y yo,

al compás del viento,

con nuestras alas de ternura,

la danza de querernos

más allá del mundo.

Bailemos, tú y yo,

al ritmo de la poesía

de amarnos.

SIN VACÍO

SIN VACÍO

Sé que ahora estás triste.

Y sientes que nada puede

llenarte un hueco en el corazón.

Sin embargo, cuando eso ocurra,

piensa que los vacíos existen

para llenarlos de amor y metáfora.

El universo es inmenso

y siempre habrá algo

que te colme el alma,

aunque quizás aún no lo sepas.

Ya te late el corazón,

y tus alas respiran al viento,

aun con algunas fisuras de prejuicios

e inocencia casi perdida.

Estás vivo, y la vida por definición

nunca está vacía: solo falta

que la colmes de la gracia

y fortuna de estar vivo.

Cuando estés triste,

quédate sin vacío.

Colma la vida de sueños y alma,

y siempre estarás lleno de flores.

Sin vacío en el corazón.

PARA LA LUZ

PARA LA LUZ

Habrá días de tristeza

en que te sientas muy a oscuras,

sin ánimo de que te encienda

el ánimo nada en el mundo.

Y entonces pienses que no hay

estrella que alumbre tu paseo

sombrío por la melancolía.

Pero descuida: siempre que se abre

el alma, el universo aguarda

con todos los colores

de su inmenso cosmos.

Para la luz, para que brilles

una vez más.

APRENDIMOS DE NUEVO

APRENDIMOS DE NUEVO

Aprendimos de nuevo.

Sin que los labios

nos rozaran la boca,

aprendimos de nuevo

que al alma le late

dentro un corazón de belleza.

Solo estaba aletargado, adormecido,

aguardando en el desván

de los abrazos

que nos abrasáramos de besos.

Aprendimos de nuevo,

desde el alma, a escribir

el poema inmenso de querernos.

DOS, TÚ Y YO

DOS, TÚ Y YO

Dos. Tú y yo contamos dos.

Dos que se suman infinitamente

belleza en la ternura de los besos.

Dos que no son parte de dos,

sino la suma de dos inmensos cosmos

de amor y cariño.

Dos almas que se complementan

en la compleja ecuación

de quererse hasta el punto

de necesitarse sin perderse.

Dos. Tú y yo contamos dos.

Dos que vuelan con las alas

del deseo hacia el abrazo.

Mientras nos amamos.

Dos. Tú y yo contamos dos,

y sumamos todo el mundo.