SALGO DE VIAJE, DE NUEVO
Llega otro momento de marcharse.
De despedir todos mis silencios
fragorosos al lado del mar.
Para seguir escuchándome el alma,
ahora contigo.
Salgo de viaje, de nuevo,
pero esta vez salgo contigo
a besarnos en el universo.
Nos aguarda el amor.
Hacia allí, salgo de viaje.
NADA ESPECIAL
Nada especial.
A ojos del universo
solo soy otro segundo de incógnitas,
dudas y miedos humanos.
Pero en tus brazos me ensancho,
tanto como un poema que sigue
recitando este silencio mío,
aunque ni me hayas leído
todavía el alma.
Nada especial.
A ojos del universo
no soy nada especial,
hasta que llego a tu recuerdo.
Hasta entonces, nada especial.
AUNQUE HOY NO ME SALGA NADA
Aunque hoy no me salga nada,
amanece otro verso de esperanza
allende el horizonte.
El mar sé que me espera
con sus enormes brazos de agua,
Y aunque hoy no me salga nada,
la vida es pura poesía.
Y estoy a punto de vivir hoy
otro de sus maravillosos versos.
EL DÍA ES SIEMPRE JOVEN
Aún amanece claramente
en el horizonte de mis ojos:
no quiero que todavía caiga
la noche después de la muerte
inevitable de otra tarde perseguida.
En la tierra de esperanza
siempre hay serenata en los balcones
de trémulo fulgor de las pupilas.
En una singladura de miradas
que no siempre contemplan
el esplendor de un ocaso
sin verlo teñido de sangre.
Y el día es siempre joven,
aunque sea bien sabido
que a cada minuto envejece
la luz en el firmamento más alto.
Solo debo nacer de nuevo,
y que la vida me dé permiso
un día más para amarme,
mientras me amo en todo.
Y así el día sea siempre joven.
MIENTRAS LLUEVE
Lluvia, que moja mi cara
e inunda mis palabras de mar.
Hasta en la tormenta
se puede ver hermoso el amanecer.
Y aunque truene una tempestad,
es maravilloso que llueva.
Y me dejo mojar.
Solo llevo el paraguas
maravilloso de la vida,
mientras llueve.
TORMENTA EXCESIVA
Ahora no quiero que me inunden
las olas de la incertidumbre el alma:
así como la tormenta en algún momento
ha de amainar tampoco puede perdurar
hasta siempre el pánico.
Debe haber tempestades siempre,
solo para dar paso a días mejores.
Y aunque pretenden anegarme
el corazón de diluvios de miedo,
yo agosto los campos minados
del miedo con la primavera
florida de mis sueños intactos.
Ante la tormenta excesiva de histeria
solo puedo defenderme con esperanza,
y que llueva, sí, siempre el amor
allá por donde paso.
Una tempestad preciosa de cariño,
y amor por la vida.
EL MIEDO ES SOMBRA
No deja ver más allá,
aunque se tengan los ojos abiertos.
Entierra la mirada en el desasosiego,
mientras llueve a raudales la incertidumbre
como una tormenta de desazón
que no parece amainar.
Y en estos días todo está oscuro,
aunque amanezca en mi ventana.
Porque el miedo es sombra,
un túnel de tristeza
que no deja ver la luz
de la conciencia cierta,
límpida y sin mácula.
El miedo es sombra,
y yo prefiero la luz.
Prefiero estar despierto,
y que no me duerma el raciocinio
las bombas de pánico
de la caja casi tonta.
El miedo es sombra.
Yo prefiero la luz inmensa
del mar despejado
de mi conciencia.
