MADRUGADA
Tu mirada ahora es distante.
Y mientras cae la tarde
otro verso retoña una madrugada
de abrazos y caricias de aire.
Las palabras son balas,
a veces, cargadas de esperanza
contra la tristeza.
Y el brillo de tu pupila
recarga de mediodías
en la chistera de la melancolía.
Te sigo mirando, lejana
como el rumor del mar
en estas latitudes sin el grito
transparente de la ola en la orilla.
Y en el rumbo de las veletas
no soplan muchas mañanas azules.
Porque vives en estas líneas.
Mientras no dejo
de llamarte amor.
De siempre madrugada...
0 comentarios:
Publicar un comentario