NO SON NORMALES
Los enamorados no son normales.
Llevan una incierta locura
en el abismo sincero
de sus ojos tiernamente
clavados en la espera de un beso.
Sus brazos no les bastan.
Necesitan extenderse
en los del otro para no sentir
un oscuro vacío de caricias.
No encuentran tampoco demasiado.
Solo buscan, se buscan
como las raíces de un árbol
que ansía tocar la primavera
al amanecer marzo un mediodía
cualquiera de las estaciones.
Los enamorados no son normales.
Desde luego que no.
Cargan en una mirada de brillo
trémula la utopía de hallar
el mar en otras pupilas claras
en las que no se ahogue
una nostalgia, un recuerdo,
un sueño o una añoranza.
Y se abra de pronto
un invierno más cálido
que de de costumbre
dentro de un abrazo sincero
y desnudo como una casa
solo llena de mudanzas
y pasos de otros tiempos.
Los enamorados no son normales.
Desde luego que no.
Están locamente enamorados.
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