ENTRAR EN TI
Quiero entrar en ti,
y puede que mis dedos,
mis manos, mis labios,
mis besos y mis ganas
se hayan adentrado en alguna ocasión
en lo que viene a ser algo así
como las lides efímeras y hermosas
de tu silueta desnuda.
Pero ahora quiero ahondar
en ti de una forma diferente.
Callemos incluso al silencio
más sepulcral de todo.
Quiero escuchar tu voz sin matices,
tocar tu alma sin ambages,
nadar en tu melancolía
y tu tristeza cuando llores,
despegarme del mundo
cuando la ciudad me degrade.
Y soñar mientras te contemplo
con que tus pupilas me enciendan
hasta la última noche en que siempre
todo ha de apagarse.
Desemboquemos este deseo
en el mar de metáforas y poemas,
de una tierna querencia nuestra
que no quiere rozarte tan solo,
sino arribar a las costas inhóspitas
de tu alma.
Porque quiero de veras
entrar en ti.
Porque quiero que vengas
contigo, ábreme las puertas
de ti misma.
Quiero entrar en ti.
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