MÚSICA PARA EL ALMA

jueves, 22 de febrero de 2018

TÚ ESTABAS



TÚ ESTABAS

Tú estabas donde estábamos,
lo que viene a ser algo así
como la latitud y longitud
efímera de un recuerdo
en el que el mundo cabe,
pequeño y confiado,
en el eterno brillo
de tus ojos, aun ausentes
como el mar sin orillas
de la desmemoria.

Tú estabas donde estábamos.
Y sigues estando donde estamos.

Para que me entiendas,
cuando llueve significa
que estás llorando amapolas,
y cuando callas se escribe
otra página de poesía
en la belleza de estar vivo,
mientras no te olvido.

Además, las pulsaciones
de la música son los acordes
con que tu voz de aire
y viento empuja mi metáfora
hacia el deseo de quererte
contigo mientras estoy conmigo.
Tú estabas dónde estábamos,
a una memoria breve
de aquellos besos
que nos dimos en la esquina
de una calle más de la ciudad
en la que todavía suena el eco
utópico de nuestras ganas.

Tú estabas dónde estábamos.
Y, si te soy sincero,
sigues estando donde estamos.

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