NO MUY ALTOS
No somos muy altos,
pero alcanzamos el cielo
cuando nos empujan las ganas
insaciables de querernos.
Amar nos vuelve libres
de la gravedad rutinaria,
y las cadenas mundanas.
Y es como si amarnos
nos hiciese infinitos,
aunque, después de nosotros,
el tiempo siga pasando
y la muerte siga yendo
más rápida siempre que la vida.
Aunque, a fin de cuentas,
no seamos muy altos.
0 comentarios:
Publicar un comentario