CANCIÓN DE MI ALMA Y MI CORAZÓN
Ya nada parece cantar,
salvo los pájaros que permanecen
ajenos al ruido de pánicos
y miedos que prevalece.
Trinan cuando amanece
en armonía con la vida
y el invierno que ya asoma
sus lazos de nieve
allende el horizonte.
Como los perros, cuando ladran
sin más al coche o viandante
que pasa por la puerta,
sin preocuparse de mucho más.
Ya nada, o mejor dicho,
nadie canta a estar vivo.
Pero mi corazón grita
en unos decibelios más
que esta vibración baja
de incertidumbre que calla
almas en el escenario
del miedo al prójimo,
a tocarse, a amarse.
Ya nadie canta, pero mi corazón
entona su apología a la vida
en cada latido y más fuerte
conforme le acompaña mi alma,
y a ella se le suman los acordes
de todo cuanto me rodea.
Ya nada parece cantar,
salvo mi alma, que truena
de esperanza ante la vida,
aunque quieran callarme.
Mi alma y corazón cantan
más fuerte que nunca.
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