INTELIGENCIA ASINTOMÁTICA
Ahora me asombro.
No he pagado ninguna entrada,
y sin embargo parezco asistir
a un eterno espectáculo de circo.
Una función de ovejas obedientes
que hablan de cacunas.
Un teatro siniestro de corderos
que pretenden que otros no tan corderos
vayan también al matadero
al que solo se invita a los serviles.
Una película que no me gusta.
Una distopía que ya transciende
el umbral de las pantallas
para volverse pasto de los balcones
sombríos de la inconsciencia.
Un mal sueño estoy viviendo:
eso me digo, a veces,
con la esperanza de pellizcarme
y despertar en otro lugar.
Pero todo lo que ocurre es cierto.
Y esas ovejas y corderos
son humanos a los que creí
amigos de palabra, verbo y acción.
¿Dónde quedó la rebeldía
de los pájaros que se niegan
a ser enjaulados tras las oficinas?
¿Dónde quedó la libertad?
¿Y dónde la inteligencia
en esta sociedad de inteligentes
asintomáticos por doquier?
Un virus, una dosis de miedo
y ahora las cacunas han bastado
para robar muchos el alma.
Y solo puedo preguntarme,
apesadumbrado y triste,
ante esta distopía tan real
como los latidos del alma
que no me han escamoteado.
¿Dónde quedó ya el sentido común
en este mal sueño lleno
de inteligentes asintomáticos?
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