MÚSICA PARA EL ALMA

miércoles, 21 de septiembre de 2022

GANGRENA TRES

 




GANGRENA TRES


    Hace ya tiempo, como unos dos años y medio, y más en concreto desde el estallido de la plandemia, empecé a experimentar una especie de gangrena en mis ojos ante la visión de una distopía que creía totalmente inverosímil, hasta que la élite comermierda logró confinar a cuatro mil millones de seres humanos sin pegar un solo tiro, lo que constituiría el sueño más húmedo de cualquier tirano sin escrúpulos. Los tímpanos se me desangraban también ante tal bombardeo de mentiras, entelequias y medias verdades. Y, asimismo, me supuraba invisiblemente el corazón ante el advenimiento de semejante pesadilla, ante la llegada inminente de lo que siempre consideré como el golpe de Estado definitivo a escala planetaria.

    Desde entonces, mi conciencia me ha recomendado que no vuelva a sintonizar la mal llamada “caja tonta”. Me ha recetado abstinencia total del terrorismo informativo que vierten medios de comunicación como ustedes, Gangrena Tres, que no hacen otra cosa que limitarse a corear como papagayos las consignas de un régimen totalitario por cuyos vericuetos no queremos transitar quienes aún creemos en la libertad en su más amplio sentido. Y, en recientes fechas, también me ha aconsejado que no me calle más y les grite las cuatro verdades en la cara como perrodistas del globalismo en que se han erigido ustedes: ¿Acaso sacaron una carrera para decir lo que otros quieren que digan? ¿Dónde queda la fuerza del oficio como contrapoder o cuarto poder frente a los abusos y la corrupción de quienes nos gobiernan? ¿Acaso la verdad se encuentra también solo en una fuente o tiene diferentes matices? Y una última cuestión que me gustaría plantearles: ¿duermen tranquilos ustedes sabiendo que, por unas migajas, están contribuyendo a la total destrucción y aniquilación de nuestras costumbres y nuestra cultura occidentales, a la cacunación mortal y masiva o a la implantación de un nuevo neocomunismo liberal que solo podrán soportar aquella recua de borregos humanos capaces de cargar con el peso de un insoportable totalitarismo, tal vez por aquello que ya decía Huxley de que “los esclavos serán felices de serlo” y que pedirán que se les apriete cada vez más el dogal?

    En todo caso, pese a todas estas bondades que acabo de mencionarles, debo darles las gracias por acabar de despertarme a una realidad irrefutable: la verdad se desangra a raudales gracias a mercenarios de la información como ustedes. Gracias por eso, Gangrena Tres.

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