DE PEREGRINAJE
Del silencio a la armonía.
Y atraviesan la sílaba
hasta atracar en el verso,
cual barcos de tinta
que quieren arribar al puerto
de tu boca en un beso
que apagaría toda la oscuridad
del mundo.
En un pentagrama de flores
esbozan la primavera, alegres,
y el otoño cuando caducan
las hojas tristes de los árboles.
Están en todas partes
de la metáfora y la belleza
y, a veces, en la pavorosa
casualidad del folio en blanco,
aguardando mansas como el río
que espera lluvia para desbocarse.
Viajan tanto como la corriente
y los mares, y caminan conmigo
hacia la dulce ilusión de la utopía
que me impulsa hacia el infinito.
Están de peregrinaje.
Del silencio a la armonía
preciosa del poema.
Hoy las palabras
están de maravilloso peregrinaje
en este poema.
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