UN MAL CHISTE
Puede que la vida
se torne en un mal chiste.
Y toque reírse, después de todo,
porque no hay borrasca que se aclare
si no se llega a imaginar el claro
oculto de un cielo grisáceo.
A mal tiempo, buena cara
dicen algunos.
Y contra la tristeza no hay mejor remedio
que seguir caminando,
siempre con algo de risa
y buenos recuerdos en la maleta.
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