EL AMOR
El amor no avisa cuando viene.
Y toca las puertas del corazón
sin pedir permiso de sístole,
y diástole.
El amor, simplemente, llega
como una gota de agua inesperada
entre toda la arena de un desierto.
El amor viene.
Y empieza a memorizar otro calor
que no conocen los astros.
El calor de dos cuerpos
que arden sin llama aparente.
El calor de la ternura
conjugada de los cuerpos.
El amor como un imprevisto
llega. Y desencadena terremotos
sin que ninguna onda sísmica
detecte epicentro alguno:
el maravilloso desastre de amar
sólo a ellos les pertenece.
A quienes se aman.
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