TENGO UNA FORTUNA ÚNICA
Tengo una fortuna única
que no está al alcance de nadie.
Puedo andar caminos,
quedar a la una, y esperar,
a veces, hasta las doce
para que lleguen los ojos
que ansío mirar, cuando sólo
puedo cerrar ya los míos.
Recordar después tan sólo, también,
lo que pudo ser un abrazo
a la ternura.
Y contar lo que me ocurre
sin pedirle permiso a ninguna historia
para escribirme.
Tengo una fortuna única
en mis manos
que no está al alcance de nadie.
Simplemente, estoy vivo.
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