DESPEGAR, DESPEGARME
Despegar, despegarme.
Eso es lo que me encantaría
hacer ahora.
Despegar, despegarme.
La ciudad es una jaula
de pájaros cautivos
y miradas cansadas sin pupilas,
y miradas cansadas sin pupilas,
y no quiero acabar
como los jarrones de locura
y girasoles de Van Gogh.
Quiero despegar, despegarme
de esas composiciones monótonas
de caminos de asfalto.
Pasar, de repente, sencillamente.
Ser simplemente.
Ser difícilmente.
Ser complejamente.
Amar sin minutos
y no cruzar solo
las esquinas vacías
de unas oficinas.
Sale el sol, y el mundo
y la vida me esperan.
He de volar, y despegar
despegarme ahora
que todavía tengo ahora.
Despegar, despegarme..
Tal vez, también despegarte.
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