NO ME PREGUNTES
No me preguntes
demasiado por qué te amo.
Muchas veces, no conozco
la respuesta.
Más bien, deja que mis labios
te respondan con un beso,
y te cierren la boca
y abran tu silencio como una puerta
de amapolas en este gris
verano que no acaba de llegar.
No me lo preguntes.
Más bien, quiéreme simplemente
con todo lo que soy:
mis miedos, mis confusiones,
mis sueños de chaval,
y mis gruñidos de joven viejo.
Dame la mano,
cuando la necesite
para andar mejor contigo.
Y regálame tu cuerpo,
y tu belleza desnuda
no de camisas quitadas,
cuando pida el paraíso
sin alas para el cielo,
sino dedos para recorrer
tus esquinas infinitas de dulzura,
mientras, a veces, llueve afuera.
Y tu emoción está llorando.
No pidas más.
No me preguntes
por qué te amo.
Te amo, porque te amo.
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