AQUÍ TE DEJO MIS COSAS
Aquí te dejo mis cosas.
Las mañanas sin tus ojos,
las tardes sin la dulce despedida
de tu último latido consciente.
Y lo que pude contarte,
y no quise aquel mediodía
en el que llovieron rosas
de las ventanas, y al tiempo
nos asomamos con cara
de niños y piñatas.
Ahora, aquí solo,
te dejo mis cosas.
Por si aún recuerdas
cómo nos quisimos,
con todas nuestras cosas.
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