El Sol no muere todavía,
a pesar de que son las seis,
ha llegado el invierno,
y la tarde pide permiso
para asomarse en un cielo
calzado de color sepia y nostalgia.
El Sol no muere todavía.
La bruma allende el horizonte
viene mojando de besos
pretéritos los labios de asfalto
de las aceras.
Se alongan los poemas
a un precipicio de belleza
en cuyo fondo tu desnudez
incita a volar despacio
hacia la tierna muerte
lenta de quererte a medias,
desde el olvido.
Y pese a que fallece
silenciosamente la tarde,
y se cae el sol a lo lejos
en el horizonte como una hoja
de luz sin primavera,
sigue sin morir.
Porque, tal vez,
aún tus ojos me están mirando.
El Sol no muere todavía.
Y pese a que fallece
silenciosamente la tarde,
y se cae el sol a lo lejos
en el horizonte como una hoja
de luz sin primavera,
sigue sin morir.
Porque, tal vez,
aún tus ojos me están mirando.
El Sol no muere todavía.
2 comentarios:
Tal ves esos ojos no conozcan el sol, pero conocen el amor
Hermoso poema Efrén!!
El sol retarda la ansiedad del amor.
Cariños....
Publicar un comentario