NO HA CAMBIADO MUCHO
Decimos que algo ha cambiado.
Somos esclavos de un aparato,
y no del látigo del señor quizás.
El mundo sigue dividido,
aunque ahora los Atlas
reflejen la separada unión
global de un mundo loco.
Se sigue componiendo
la letra de sangre y suicidio
de la Humanidad
de una misma canción
de avaricia y máxima rentabilidad
del progreso hacia lo inhumano.
Decimos que hemos avanzado,
y lo cierto es no sé qué camino,
a veces, se ha emprendido.
La pobreza y la desigualdad,
entre otras bombas de racimo
a la dignidad humana
son las únicas huellas
que se han dejado como estela.
No ha cambiado mucho
desde los tiempos del esclavo.
Solo el señor y el látigo.
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