AHÍ ESTABAS TÚ
Ahí estabas tú.
Ahí me aguardabas.
Con mi corazón
en tus manos,
y yo sin saber
que lo estabas tocando.
Dicen que hay veces
en que alcanza más
un suspiro lejano
que un abrazo o una caricia.
Yo no sé lo que podría
decir de la forma
en que viniste
a mi desnudez desnuda.
Pero tus ojos
me alcanzaron,
me cruzaron las ganas
como atraviesa la corriente
el agua hasta levantar
los penachos de plata
de una próxima ola.
Y hasta ahora
aquí también te espero.
Con las luces apagadas.
Y el alma encendida de ti.
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